viernes, septiembre 26, 2014

Vivir contra Dios




Los que rechazan a Dios con vitalidad no demuestran falta de fe, sino coraje y una espléndida salud espiritual.
Los temperamentos fuertes, los violentos de espíritu, jamás aceptaran una creencia, una idea ajena siquiera, sin librar una batalla con todas sus fuerzas. Y es precisamente a lo infinito, a lo absoluto, en que los rebeldes han pagado el precio más caro, y han sufrido la peor condena.
Cuando se han rechazado todos los caminos conocidos hacia Dios la vida se eleva a la categoría de tragedia, la tragedia mas grande y heroica que un hombre puede vivir: Vivir sin Dios o en combate permanente con el, reprochándole su indiferencia, su trivialidad, su despotismo, pero deseoso de superar ese abismo definitivo y entregarse al goce de lo Divino y a la grandeza de todas las renuncias.

Incapaces de asumir los riesgos y los abismos de cualquier propósito místico, preferimos el combate, la dificultad, la duda y el peor de los escepticismos. Pero se trata de un arma de doble filo, pues en este enfrentamiento el que reaviva a Dios en el corazón y las entrañas, el que lo saca del letargo de las teologías y las religiones institucionalizadas, el que lo hace presente en el mundo.

Por eso aquellos que muestran independencia hacia lo absoluto y viven en verdad en conflicto con lo divino son los que tienen mayor probabilidad de
Hacer surgir una nueva fe en sus vidas. Su predisposición al misterio es tan exagerada, y la viven de una manera tan singular, que sus feroces enfrentamientos, con la divinidad prueban que cada cual debe construir su propio absoluto, a riesgo de negar todos los otros.

Los que pelean contra Dios no viven sin el, si no al lado de el. Ese es el Dios de los Solitarios, El dios de los Santos, el Dios de los poetas.

Los que no tienen iglesia, deben construirse una...

1 Comments:

At 8:13:00 a.m., Anonymous Anónimo said...

siiiiiiiiiiiiiiiiiiii

 

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