viernes, septiembre 26, 2014

Virgen del dolor


Te conocí orinando en cuclillas con la vulva rosada de fiebre y el ano con tercianas, tu clítoris como péndulo de grasa se sobaba húmedo sobre ortigas sin prejuicios y cicuta mal oliente.
Fue prudente el paso de tus ojos sobre mi, me estudiaste reservada casi con ausencia, como quien tantea al enemigo empuñando la metralla, jamás habías perdido una guerra, tenias bien ganadas las medallas y estrellas que colgaban de tus pezones partidos como estrías baboseadas con olor a tabaco del fuerte.
Tenias mas menos diez y siete años, tu vagina como cuarenta, tu cuerpo era todo flaco, tus piernas largas y de rostro pálido y blanco como un difunto (tal vez lo eras) usabas el cabello extremadamente corto, como monja diabólica tomando sus votos. Lo cierto es que expirabas violencia y eso de alguna manera me gustaba, la fiesta estaba en su apogeo, mis amigos bailaban embobados con las rameras de tus amigas, ellas solo pensaban en el dinero que tenían que juntar para pagar el siguiente aborto. Coqueteaste con todos, hasta con el mas torpe, creo que le tenias cariño porque te sentías reflejada, si asta creo que alcanzó a robarte un poco de fluido antes de morir envenenado; en el baño el mas borracho violaba una gallina mientras el perro coker aterrado se protegía con la cola.
Nos fuimos al patio para escapar un rato de la diversión y así poder mentirnos mutuamente, mientras conversábamos todo lo que había a tu alrededor se marchitaba.
Eras sucia y sin ninguna duda te gustaba el dolor, es la impresión que quedaba por la manera en que te movías y comunicabas, acechando como animal molesto que te dieran caza y te mordieran el cuello. Te gustaba exhibir tu esquelético cuerpo en espera de desarrollarlo en algún motel o subastarlo a quien pagara la ultima copa, tu agresividad desafiante hacia que se acercaran a tu lado solo los campeones y las bestias mas bravas y furiosas, extremadamente simpática manejabas el sarcasmo con maestría. Te ignore, te deje ardiendo y borracha sin aplausos ni publico dándote la oportunidad de salvarte, de escapar, afuera el mar azotaba la arena extasiado por la luna llena (mi luna), el aroma de esa noche era de crimen y pecado, el sonido de las aves el ruido lejano de la juventud divirtiéndose, los gatos deambulando salvajes, todo hacia de esa noche el escenario perfecto para darte a beber hasta la ultima gota de mis venenos.
Furiosa y extasiada exigiste atención, tribuna, el show estaba por comenzar te volviste hacia mi tirándome la cerveza tibia que tenias en tu mano, no me inmute y creo que fue lo que te ofendió, entonces comenzó tu acto y te erguiste comenzando a desnudarte rápido, como arrancándote la ropa, tu cuerpo anoréxico totalmente pelado se dejo caer sin previo aviso sobre mi y sin pensarlo, totalmente condenada, hundiste sola el puñal que te lo quitaría todo. Te movías lento, mesurada, parecía lastimarte el tamaño de mi pene (15.645 orgasmos de talento) pero sin duda alguna lo estabas disfrutando, yo como un pachá te dejaba hacer el trabajo, me limitaba solo a afirmar tus caderas y morder tus pezones con las negras intenciones de desintegrarte; comenzaste a gemir como pidiendo piedad mientras acelerabas el ritmo, el momento sin duda se acercaba, el mar rugía mientras las gaviotas caían agotadas, todos los designios en ese momento se marcaron en tu frente y entonces sin previo aviso vertí dentro de tu vientre una marea de extraña furia, el impacto ardiente de mi lava estremeció tus carnes como un espasmo, asustada intentaste huir pero tus temblores no te lo permitieron, en ese momento como profeta nocturno y bohemio supe que nunca volverías a ser la misma, me había apoderado de todo tu cuerpo, de todo tu ser, en solo un tiempo empezarías a engordar, a crecer tus enanos senos, a surcarte por las marcas del pecado (así lo creí entonces) adiós a tu petulancia a tu voracidad, serias la vaca obesa perfecta para mi heredero.
A medida que los meses pasaban, tu rostro si empezó a cambiar, se volvió dócil, manso, inocente (fue lo que me enterneció), tus besos dejaron de saber a genitales y semen y tornaron dulces y florales, tus ojos buscaban cariño (cariño que secretamente también me faltaba), tu vientre también.
Nunca pensé llegar a quererte pero la extraña sensación de la luz que en ti crecía hizo que mi corazón se llenara de paz y cariño, el mismo músculo sonoro que antiguamente musicalizaba solo venganza.
Empecé a amarte una noche de primavera, tenias tres meses de gestación, solíamos divertirnos atravesando las fronteras de cualquier ley prohibida o comportamiento inmaculadamente correcto, lo que antes veía como horrible me empezó a parecer majestuoso, tus pechos, tu entorno, tu clima era la manifestación para mi desconocida de la magia de un mal afamado amor.
Nos alimentamos mutuamente de sueños y azúcar adictos el uno al otro, vendí mis puñales y espadas y te compre estrellas gigantes para adornar tus cielos mientras le confiaba mis manos a tus misterios y me llenabas el crimen de inocencia.
Cuando nació mi niño, o aquel que vendría a salvarnos(o intentaría de todo para lograrlo) entremedio de tus piernas bañado de sangre y grasa, las estrías de mi mirada desaparecieron ante la tersura de su sola precensia, lamí el sudor de tu rostro buscando beber tu valentía (si que fuiste valiente) y refrescar tu esfuerzo, te olfatee entera, impactado por los perfumes de tu piel, eras la mismísima primavera en toda su grandeza que anegaba de belleza y gloria todo lo que nos rodeaba, mientras nuestro hijo se sujetaba a tu pecho temeroso del mundo e indefenso.
No se que paso, cual fue el motivo que te robo el espíritu en un momento inconciente, la naturaleza es mas fuerte y a ti te gustaba la sal, pero después del encanto de haber parido un trozo de magia, tus ojos se opacaron como si hubieras abortado toda tu esperanza y paz, tus senos se secaron de leche de forma inmediata, te volvieron a poseer los instintos, el canibalismo voraz de la inconciencia , la ignorancia de tu narcisismo enfermo, y cual loba en celo volviste a cazar castigo y masoquismo para justificar tus endemoniados pasos de veneno juguetón.
Quien nació de ti lloro madrugadas enteras sobre el rastro de tu ausencia o en ocasiones arrullado en tus brazos incapaces de darle seguridad a un muñeco o afecto a tus mascotas, mientras fría e indiferente soñabas agitada con pieles donde poder huir y seguir descomponiéndote.
Volviste a lo tuyo, nunca te lo reproche, a reinar en las partusas frenéticas con abundancia de alcohol, drogas y rock and roll, te cambiaste el nombre, afeitaste tus piernas, hiciste ejercicio y mandaste de viaje a tu conciencia (dicen que la acecinaste, se que es mentira ya que nunca la tuviste), usando mi nombre cuando sentías miedo para que no te partieran la cara.
Te fuiste una mañana de invierno, tras de ti se fueron las nubes y la tormenta, los dolores, la furia y el rencor, quede deslizándome en el tiempo con mi pedazo de universo, supongo que pensaste que te quedabas con la libertad y cada cual siguió el camino que se merecía, me hice un pobre feliz y tu una acomodad serpiente, si bien nos topamos de vez en cuando en alguna exposición de dementes o en ciertos manicomios nunca te atreviste a volver a acecharme, sabias que mi sangre era mucho mas peligrosa que tu lengua y por lo demás no había motivos de despertar a los mañosos y malignos demonios que dormían junto a las puertas que tenias prohibido cruzar, en alguna ocasión creo que pusiste tus caderas desnudas al alcance de mis manos para comprobar quizás si poseías el mismo magnetismo oloroso de tus tiempos de apogeo, seguramente ciega de las huellas que va dejando el tiempo, intentando tapar con chanel tu fragancia a cadáver perpetuo.
No te culpo por haber nacido bestia con el corazón en los glúteos, ni tampoco el que hallas despedazado cada caricia que pintaba para futuros recuerdos (no hacia falta manchar los libros del cielo), como todo, como cada paso o vivencia en la cual creemos, cada abrazo o rincón donde nos arrullamos pensando que será eterno y sin embargo son solo espejismos de nuestras propias ilusiones , anhelos y sueños que intentan reposar en aquella o aquel que siempre moldeamos o idealizamos con una desesperación tranquila e inocente, con una fe ciega totalmente melosa e infantil que se termina conformando frente a la espera, y hace de nuestra vida una existencia dulce y melancólicamente grata.
No te culpo por haber herido de muerte mi confianza en tu raza (me lo dejaste de herencia), mi alegría sin miedos ni caries, de haber arrasado con los que alguna vez fueron mis amigos y ahora pedazos de carne podrida, no te guardo rencor por haber castigado y abandonado a aquel que solo quería afecto y un aliento generoso que entibiara su cuerpo y donde poder dormir, ya crecerá y lo mas probable es que ni se acuerde o te perdone(es la magia de los niños), no te odio pues para serte sincero solo eres una mujer de pechos pequeños que como hollejos de uva, están totalmente exprimidos de dulzura y significado humano y solo sirven para los marranos que crías y engordas en tus sofisticados y ordinarios chiqueros que te sirven para comprar maquillaje y mentiras y poder engañar a los espejos que le temen a las muecas que de vez en cuando te desfiguran, habitualmente después de venderte o profesar alguna injuria que te enaltezca, y que solo en las noches con ausencia de luz logran reflejar la imagen de los huesos que tienes en vez de alma.
Es cierto que alguna vez intente quererte, también es cierto que quizás lo hice, que las visiones desesperadas de tus ojos me hicieron habitar un tiempo en infiernos bastante gratos donde renegué del que me a dejado huérfano mas no solo, que me volví tan malo como tu crimen, pero nunca a diferencia de ti me me ensañe con un inocente ni me bebí el río al lado del sediento, lo que me hace imaginar lo triste que será cuando el reloj te abrace y tu senil faz sea devorada por el abandono y el olvido.

2 Comments:

At 1:14:00 p.m., Blogger Anaís said...

uffffff......

 
At 10:20:00 a.m., Blogger uLceRa said...

llegue aqui al paso...debo reconocer que tus publicasiones me atraparon...es demasiado intenso.

 

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